Rozando el limite de lo prohibido

Es difícil explicar la depresión como un estado constante. Nada me hace feliz, con nada sonrío. Todo lo hago amargamente casi en un estado de inercia. Vivo, sí, pero no se porqué. ¿Por qué estoy viva? Eso me pregunto cada noche antes de llorar y antes de dormir.